Popularmente al Amianto (Asbesto) se le conoce en España con el nombre de Uralita, ya que era el nombre de la empresa que más lo utilizo durante años. Se trata de un grupo de minerales metamórficos fibrosos compuestos por silicatos de cadena doble. Estos minerales tienen fibras largas y resistentes que se pueden separar y son suficientemente flexibles como para ser entrelazadas y también resisten altas temperaturas.
El amianto se ha utilizado ampliamente en el pasado debido a sus excelentes propiedades aislantes, mecánicas, químicas así como a la resistencia al calor y a las llamas, además de su bajo coste. Tales características han propiciado su amplio uso en infraestructuras y equipamiento de toda tipología.
La principal vía de entrada del amianto es la vía respiratoria. Las fibras de amianto, debido a sus características aerodinámicas, pequeño tamaño y forma alargada, pueden permanecer en suspensión en el aire el tiempo suficiente, para que representen un riesgo respiratorio. Además pueden adherirse a la ropa y a la piel y desprenderse posteriormente con el consiguiente riesgo de inhalación. Esto sucede en derribos, trabajos como el corte, taladro, rotura o cuando el material está muy envejecido. Respirar el polvo del amianto es muy peligroso para la salud y causa enfermedades del sistema respiratorio.
El uso y producción de placas con amianto esta prohibido desde el año 2002, aunque todavía quedan muchos edificios con este tipo de materiales y la gestión de este residuo esta regulado por el Real Decreto 396/2006, de 31 de marzo, “por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud aplicables a los trabajos con riesgo de exposición al amianto”. Esta norma establece las pautas a seguir en trabajos de mantenimiento de instalaciones con amianto y en la retirada de materiales con contenido de amianto.
Método Ambiental asesora sobre la normativa y la gestión de estos residuos peligrosos.